jueves, noviembre 15, 2007

Los Gatos, el pop de cámara argentino

Es necesario conocer a los Gatos, grupo argentino liderado por Litto Nebbia y formado en 1967, que bebe en sus primeros discos de las mejores formaciones del pop de cámara. Estamos hablando de sonidos afines a los que podemos encontrar en el Forever Changes de Love, en el Odessey & Oracle de los Zombies, en el Pet Sounds de los Beach Boys o en cualquier canción de The Left Banke, todo ello con el combustible que destila el Sgt. Peppers de los Beatles y aliñado con las complejas y cristalinas estructuras vocales de los Hollies. Y además, hay que añadirle un emocionante espíritu poético, optimista, cegado por una luz radiante que busca el enamoramiento a primera vista, la utopía, las sensaciones recorriendo la piel y estremeciéndola.

Todas estas palabras se ajustan con precisión a su primer disco, Los Gatos, publicado en 1967, una obra maestra del pop en español, y representante del pop más melódico y envuelto en celofán de la emergente música argentina. Las canciones se suceden unas a otras entre sonidos celestiales, letras que desbordan idealismo, una voz apasionada y sonidos exuberantes, concentrados en composiciones de tres minutos que nunca dejan de ser fieles al espíritu del pop. Nebbia lo borda con "La Balsa", la primera canción, que se desarrolla con sencillez, casi con humildad, entre arreglos amables y la incursión de guitarras de sabor británico, como quien le canta a un día soleado, y que termina con un fantástico final, una guinda deliciosa e imaginativa de apenas unos segundos que espera para ser degustada. Después, "Ya no quiero soñar" es una perla que transcurre entre coros femeninos, palmas, melodías ingenuas que habitan el mundo de los sueños y tarareos que invitan a entregarse a este particular y acogedor mundo utópico. "La olvidarás" representa la primera intrusión de los problemas en el disco, bien adornada con unos teclados nocturnos y alcohólicos, y una melodía balsámica que abre la puerta a un futuro feliz y que recuerda que muchas veces el pop es curación.

"Madre escúchame" es más épica que las anteriores, muy trabajada en todos sus detalles, desde la armónica repleta de nostalgia con la que arranca, hasta ese estribillo que hace un quiebro a la canción y que lo forman coros soñadores que es imposible cansarse de escuchar. La siguiente, "Un día de otoño", no abandona ese tono crepuscular, más reposado y melancólico, sin que se pierda inspiración en la melodía y en una sublime facilidad para incluir coros de efecto mágico en los mejores momentos. Y "Ríete" es un clásico, se trata de una de las mejores representaciones de lo que es el pop cristalino, que aspira a la belleza como único fin, entre arreglos encantadores y, en este caso, un arrebatador susurro envuelto en la melodía y otra vez coros explosivos en el estribillo. Una enorme canción para dar paso a mi favorita del disco, "El Vagabundo", sencillamente imprescindible, sus arreglos de cuerda ponen la piel de gallina y adquieren un papel fundamental, están llenos de ilusión, y lo que es más importante, la transmiten, embriagan, dan una fuerza sobrenatural a lo que Nebbia canta, "yo jamás puedo morir".

De ahí se pasa a "Me harás pensar en el amor", que bastante tiene con su teclado ultrapegadizo, frenético, hipnótico, circular, para merecer figurar en este álbum, aunque su melodía, al igual que las anteriores, es un pequeño himno de la bondad y el optimismo. "Ayer Nomás" es uno de los éxitos de los Gatos, en un primer momento concebida con una temática social que tuvo que ser cambiada por la censura, y que en definitiva acaba siendo otra estupenda canción del pop de cámara y una muestra más del extraordinario talento de Nebbia, el Brian Wilson argentino, al que le salen las melodías redondas con una facilidad pasmosa. "Mi ciudad" cambia el tono y opta por un sonido más de cabaret, un poco al estilo de los Kinks de aquellos años, y "El rey lloró" tiene un inicio exótico, tropical, pero enseguida recurre al estribillo adictivo con coros que se enganchan sin remedio. Esta línea exótica continúa en "Qué piensas de mí", sobre todo en la sección rítmica, pero el corazón que late sigue siendo pop. Es un paso más en un disco que, aunque erudito de los sonidos más puros y sofisticados del momento y apegado a ellos, no deja de transpirar un innegable acento personal, lírico, con la sensación de encontrarse en un universo aparte.

Las últimas canciones son dos joyas. "El día llegará" es una canción triste, decaída, con la gran genialidad de incluir unas guitarras lánguidas sacadas de los Beatles más románticos (nos vamos a pasar la canción esperando escucharlas). Y "Jamás creí" es otro de los himnos en los que abunda este disco, soleado, entregado, enamorado en esencia, el canto de un soñador irreductible, con una melodía impecable y que brota con la facilidad de la respiración, un estribillo contundente y el glorioso añadido del sonido de guitarras grabadas al revés, aprendido de los Beatles psicodélicos. Una canción que concentra todas las virtudes del disco y, sin duda, la mejor manera de acabar.

En sus siguientes discos, los Gatos fueron derivando hacia un sonido más duro y acorde al espíritu rock de principios de los setenta, pero ya habían dejado la huella suficiente para ser considerados una leyenda del pop en español. Por desgracia, su estela de canciones transparentes, felices y curativas es muy difícil de conseguir hoy día. En este enlace encontraréis el disco del que habla este artículo:

Los Gatos (1967)

Fotos extraídas de Rock.com.ar

8 comentarios:

Anónimo dijo...

¿Difícil de conseguir?

Yo lo tengo en casa y no soy argentino .

Slip case y fino de cojones.

Uno de mis discos favoritos.

Litto Nebbia se merece un monumento.

Mr. Glasshead dijo...

Difícil, sí, no he dicho que imposible.

Yo sólo encontré un recopilatorio de segunda mano en una tienda de Santiago (a muy buen precio).

En todo caso, no tan fácil como sería deseable.

Estoy contigo en que Litto Nebbia se merece un monumento.

Anónimo dijo...

Muy pero que muy buenos. Primero me quedé enganchado con el descaro y frescura beat con ciertos toques garageros de Los Gatos Salvajes, el precedente de estos Gatos, donde Litto Nebbia se consagraría como uno de los más grandes compositores de pop en español. Este disco es una auténtica gozada, pero si podéis, buscar también su segundo disco, Seremos amigos, publicado en el 68, que es una fantástica continuación del primero con algún pequeño toque lisérgico y lujosos arreglos.

Por aquí hablamos mucho de los Brincos, pero estos Gatos son tan buenos o más que nuestros queridos Brincos.

Saludos !

Mr. Glasshead dijo...

Coincido en lo de los Gatos Salvajes, Mr. Pleasant, y en su desparpajo beat con pequeños aromas garage. Por cierto, sus grabaciones completas pueden descargarse en Philorock:

http://philorock.blogspot.com/

Un gran grupo! Y el segundo disco también es muy bueno, como dices. Ya no me gustan tanto cuando se hacen más "duros".

Anónimo dijo...

Felicitaciones por el blog. Extenso, intenso e inagotable.

Doctor Vinilo

planetavinilo.blogspot.com

Anónimo dijo...

SImplemente MARAVILLOSO. Todo un hallazgo y una gozada. Grandes canciones y gran blog, enhorabuena!!!!.

Tomi

Mr. Glasshead dijo...

Doctor Vinilo: lo mismo digo del suyo. Totalmente recomendable! La verdad es que nunca he leído un blog así en castellano. Interesantísimo.

tomi: pues como ha dicho Mr. Pleasant, prueba a escuchar el siguiente disco, o cualquiera de las grabaciones del grupo previo, Los Gatos Salvajes. Alucinante!

Anónimo dijo...

A ver si el intoxicador dro dice de qué edición se trata. Este disco lo estuve buscando y nada. Una alegría encontrarlo por aquí. ¿No hizo el propio Litto Nebbia reediciones con temas extra de la discografía de Los Gatos?

Ah! Uno de esos artistas que uno tiene emocionalmente pegados a Juan de Pablos.


Manolo.