Los barceloneses Corn Flakes empezaron con un par de estimulantes discos de hardcore melódico, llenos de furia y también de curiosidad por la melodía. Sus canciones oscilaban entre la energía de Bad Religion y la infecciosidad de Green Day, pero estaban aún muy lastradas por un cierto apego a las normas del género. Sin embargo, solían prodigarse en chispazos eléctricos con una gran importancia del juego de voces y del estribillo pegadizo, pistas importantes de que en su corazón latía el pop. Tras Childish (1992) entran en un paréntesis creativo -salvando dos EP's en 1993- que deriva, en 1995, en Double Bed. Un disco con el que dejan atrás su anterior sonido y se lanzan decididamente al pop sin restricciones, a la canción redonda y moldeada según sus propias necesidades y no unas convenciones de género.
Double Bed es un disco de peso, una obra de ingeniería pop en la que se nota que las canciones han sido trabajadas minuciosamente, teniendo en cuenta todos los detalles. Las voces dobladas se pliegan sobre las melodías de una manera perfecta, a veces adquiriendo el protagonismo y otras como adorno, pero siempre presentes, y las guitarras hacen uso de un amplio inventario de recursos para sostener con fuerza el esqueleto de las canciones, colorearlas o jugar con las estructuras. Todos estos efectos contribuyen a potenciar unas canciones ya de por sí brillantes y atacadas con las ganas de un grupo que quizá siempre quiso hacer pop. Es significativo el descenso de revoluciones que muestra ya el tema que abre el disco, la fenomenal "One Of These Days", preocupada de manera escrupulosa por destacar sobre todo la emocionante melodía, con ciertos aromas de Teenage Fanclub, y dejando a un lado la rabia impostada de sus comienzos. Después, los cambios de ritmo de "Ugliness", sus guitarras afiladas, su encantador estribillo sobre una base musical bastante sencilla, son pura adicción, son ya el cebo para llevarnos de la mano el resto del disco. El ritmo se acelera en "Death Of A Lover", pero nos ofrecen lo mismo: un estribillo que es pura delicatessen sonora y por el que Kurt Cobain habría dado un brazo, pegadizo y dulce entre la explosión de guitarras.
Con "Underwear" nos muestran de nuevo su lado sensible, su melodía es delicada y sincera, terriblemente pop, accesible y con visos de himno, ideada para disfrutar de ella sin más excusa. Quizá por eso pretenden ser más duros en "Cruel To Me", la canción que más cerca está del sonido del rock independiente del momento, una curiosidad en el contexto del disco, trepidante y abriendo camino hacia una de las perlas que más brillan: "Coloured Pills". El sonido con eco de sus guitarras -sacado de una excursión a los discos de Aztec Camera- es absolutamente infeccioso, al igual que el caramelo pop insertado en el estribillo, una bomba de dulzura, una preciosidad que deja con la boca abierta. En "Unloved Alive" se nota el influjo de grupos como Replacements, y esta canción no es sólo especial por su brillante conjunción de guitarras poderosas y melodía sensible, sino también por el increíble juego de voces que aparece en ocasiones, yuxtaponiéndose unas a otras en uno de los estribillos más perfectos y emocionantes que haya compuesto nunca un grupo español. El disco consigue definitivamente el estatus de obra maestra con la siguiente canción, "Phone", mi favorita, en la que filtran el hardcore melódico en la depuradora del pop y consiguen una joya de la música chicle. Un himno en toda regla, una canción con una garra demoledora a la que es imposible dejar de prestar atención una vez se empieza a escucharla.
"Aleph" fue quizá el tema que más sorprendió a los anteriores seguidores de su época hardcore. Más que nada, porque ya ni siquiera aparece la batería, porque se plasma una melancolía repleta de matices y porque el teclado que irrumpe puntualmente parece un billete de ida y vuelta a las épocas que nunca volverán. Magnífica, abrumadora y, en esencia, más que digna de figurar en un listado de las cinco mejores canciones de REM. La última canción, "Typical Me", aligera el peso y en apenas un minuto y medio cierra el disco con un golpe de pop revolucionado y obsesionado por los estribillos.
Double Bed tuvo cierta repercusión en su momento, e incluso fue incluido entre los mejores discos españoles de los noventa por Rockdelux -sin duda, porque Corn Flakes venían de un estilo que incluía la palabra "core", lo cual suma muchos puntos para despertar el interés de esta revista. En todo caso fue un éxito no sólo merecido, sino absolutamente reivindicable como uno de los discos españoles más entregados, deliciosos y disfrutables que puedan escucharse y, sin duda, una obra maestra de los sonidos que, en plenos noventa -y a la manera de Redd Kross, Posies y Material Issue- apostaban por conciliar las guitarras briosas con las melodías puras.
Corn Flakes. Double Bed (1995)
Artículos de interés:
"Corn Flakes, biografía, discografía y proyectos paralelos". En La Factoría del Ritmo
"Corn Flakes a Contrapelo". En Último Resorte
Double Bed es un disco de peso, una obra de ingeniería pop en la que se nota que las canciones han sido trabajadas minuciosamente, teniendo en cuenta todos los detalles. Las voces dobladas se pliegan sobre las melodías de una manera perfecta, a veces adquiriendo el protagonismo y otras como adorno, pero siempre presentes, y las guitarras hacen uso de un amplio inventario de recursos para sostener con fuerza el esqueleto de las canciones, colorearlas o jugar con las estructuras. Todos estos efectos contribuyen a potenciar unas canciones ya de por sí brillantes y atacadas con las ganas de un grupo que quizá siempre quiso hacer pop. Es significativo el descenso de revoluciones que muestra ya el tema que abre el disco, la fenomenal "One Of These Days", preocupada de manera escrupulosa por destacar sobre todo la emocionante melodía, con ciertos aromas de Teenage Fanclub, y dejando a un lado la rabia impostada de sus comienzos. Después, los cambios de ritmo de "Ugliness", sus guitarras afiladas, su encantador estribillo sobre una base musical bastante sencilla, son pura adicción, son ya el cebo para llevarnos de la mano el resto del disco. El ritmo se acelera en "Death Of A Lover", pero nos ofrecen lo mismo: un estribillo que es pura delicatessen sonora y por el que Kurt Cobain habría dado un brazo, pegadizo y dulce entre la explosión de guitarras.
Con "Underwear" nos muestran de nuevo su lado sensible, su melodía es delicada y sincera, terriblemente pop, accesible y con visos de himno, ideada para disfrutar de ella sin más excusa. Quizá por eso pretenden ser más duros en "Cruel To Me", la canción que más cerca está del sonido del rock independiente del momento, una curiosidad en el contexto del disco, trepidante y abriendo camino hacia una de las perlas que más brillan: "Coloured Pills". El sonido con eco de sus guitarras -sacado de una excursión a los discos de Aztec Camera- es absolutamente infeccioso, al igual que el caramelo pop insertado en el estribillo, una bomba de dulzura, una preciosidad que deja con la boca abierta. En "Unloved Alive" se nota el influjo de grupos como Replacements, y esta canción no es sólo especial por su brillante conjunción de guitarras poderosas y melodía sensible, sino también por el increíble juego de voces que aparece en ocasiones, yuxtaponiéndose unas a otras en uno de los estribillos más perfectos y emocionantes que haya compuesto nunca un grupo español. El disco consigue definitivamente el estatus de obra maestra con la siguiente canción, "Phone", mi favorita, en la que filtran el hardcore melódico en la depuradora del pop y consiguen una joya de la música chicle. Un himno en toda regla, una canción con una garra demoledora a la que es imposible dejar de prestar atención una vez se empieza a escucharla.
"Aleph" fue quizá el tema que más sorprendió a los anteriores seguidores de su época hardcore. Más que nada, porque ya ni siquiera aparece la batería, porque se plasma una melancolía repleta de matices y porque el teclado que irrumpe puntualmente parece un billete de ida y vuelta a las épocas que nunca volverán. Magnífica, abrumadora y, en esencia, más que digna de figurar en un listado de las cinco mejores canciones de REM. La última canción, "Typical Me", aligera el peso y en apenas un minuto y medio cierra el disco con un golpe de pop revolucionado y obsesionado por los estribillos.
Double Bed tuvo cierta repercusión en su momento, e incluso fue incluido entre los mejores discos españoles de los noventa por Rockdelux -sin duda, porque Corn Flakes venían de un estilo que incluía la palabra "core", lo cual suma muchos puntos para despertar el interés de esta revista. En todo caso fue un éxito no sólo merecido, sino absolutamente reivindicable como uno de los discos españoles más entregados, deliciosos y disfrutables que puedan escucharse y, sin duda, una obra maestra de los sonidos que, en plenos noventa -y a la manera de Redd Kross, Posies y Material Issue- apostaban por conciliar las guitarras briosas con las melodías puras.
Corn Flakes. Double Bed (1995)
Artículos de interés:
"Corn Flakes, biografía, discografía y proyectos paralelos". En La Factoría del Ritmo
"Corn Flakes a Contrapelo". En Último Resorte
5 comentarios:
Hola acabo de descubrir su blog y me parece fenomenal; con unos posts muy bien escritos, siendo a la vez apasionados y analíticos.
No sé sí conocerá estos grupos, pero en los 80 hubo excelentes bandas neopsicodélicas como Mood Six y más cercano al power pop The Dentists
P.D:Y sí, Vancouvers les daban mil vueltas a Los Planetas
saludos
Gracias Shackleton. No conozco las bandas que dices (de The Dentists sí que he escuchado canciones en varios recopilatorios). Voy a ver qué encuentro de Mood Six.
Un saludo
Que agradable sensación recibir el reconocimiento a toda aquella époka en la ke como grupo intentamos tener algún sentido.
Muxisimas gracias !!!
Montxo (c.f.)
http://rapidshare.de/files/41161188/corn_flakes_-double.bed.rar.html
Aquí dejo link para el interesado de temas que se hicieron para Corn Flakes (demos)
https://soundcloud.com/mon-yoo
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