En la película Isi/Disi (2004), protagonizada por Santiago Segura y Florentino Fernández, y en la que participaba como estrella invitada el inefable Joaquín Sabina, aparecía de vez en cuando una de esas canciones que te llevan a preguntarte por su responsable, un chispazo eléctrico de magia Beatle que a la postre fue el verdadero secreto oculto de la comedia. La canción era "It's Only Love" y gracias a ella conocí a los Gurus, un grupo catalán que había iniciado su trayectoria en 1998 con En la oscuridad, el disco que nos ocupa. Extremadamente difícil de encontrar hoy día, En la oscuridad puede definirse como una marcianada, el glorioso producto de un grupo que, a la manera de los Spongetones, transformaba su amor por los sesenta en un álbum redondo, plagado de canciones felices y poderosas, en una especie de fascinante flash-back para recuperar la ingenuidad, la frescura y el vitalismo de los primeros discos de los Beatles.
Los Gurus se esforzaron en continuar el camino iniciado por los Brincos cuatro décadas atrás, el mismo año en que la prensa musical ponía por las nubes un disco -por llamarlo de alguna manera- como Una semana en el motor de un autobús, de los Planetas. El pop cristalino y por la cara se celebraba en un festival de dieciséis canciones, y aunque el disco es una de las obras más emocionantes y humildes de la música española, en su momento este derroche de ganas, honestidad y auténtica pasión quedó completamente al margen (tanto, que ni siquiera he podido encontrar una imagen de la portada). Fue una lástima que casi nadie se fijara, por ejemplo, en canciones como "En la oscuridad", que es la que abre el disco y la que recupera sin complejos y con furia el espíritu de los mejores Brincos, pop de alta calidad en el que las armonías vocales y los estribillos se hacen vitales. "Serás parte de mí" enamorará a quienes gusten de discos como A Hard Day's Night de los Beatles, a los que siempre se hayan sentido hipnotizados por canciones como "I Should Have Known Better" o "Happy Just To Dance With You". En definitiva, a los devotos de esas melodías que por unos momentos retrotraen a la adolescencia y hacen olvidar el cinismo acumulado a lo largo de los años. También huele a invasión británica en "Escaparme", con un sonido de guitarras más inspirado en los años posteriores a 1965, cuando se fraguaba el reinado de Rubber Soul y Revolver.
El contrapunto lo pone la balada "Palabras para ella", que rezuma desencanto y nostalgia, un sentimiento apagado que duele y que aparca el optimismo a la espera de tiempos mejores, y en "Cuando tú no estás", una de las mejores canciones del disco, aparece otra de las influencias notables del grupo, los Raspberries: una melodía sinuosa con toques a lo McCartney que se extiende imparable sobre una adictiva línea de guitarra. Emocionante, un hito para el recuerdo y una canción a la altura de los mejores momentos de Eric Carmen. Es entonces cuando aparece "Mil lunas por detrás", absolutamente energética, para quitar peso al asunto, festiva, de acordes simples pero directos y efectivos, una especie de Undertones suavizados por la sensibilidad del Mersey Beat. "Golpes Bajos" es puro Lennon de principios de los setenta, una canción tan perezosa como encantadora, que se mueve entre pianos limpios y guitarras melancólicas. Sensacional, al igual que "Por dentro, por fuera", que ya se viste con los colores de una ligera psicodelia a lo "Ticket To Ride" y que a pesar de todo sigue siendo genuino pop alborozado.
Pero aún quedan impresionantes canciones, como "Hotel Codorniz", una de mis favoritas, vitamínica y adictiva hasta límites insospechados, y que alterna entre melodía y estribillo aguerrido sin conceder respiro, con el añadido de unos fabulosos arreglos de trompeta a lo "Penny Lane". En un disco que demuestra tanta cultura y amor por el pop, no podía faltar la canción de ritmo sincopado y con gotas de music-hall a lo Kinks -aunque los Beatles también lo hacían de vez en cuando, de hecho esta canción recuerda a "I'm Only Sleeping" de Revolver-, porque "Deja que te arrastre junto a mí" la podría haber compuesto el mejor de los Ray Davies tras beber diez litros de té inglés. Increíblemente buena. Sin embargo, "Don Magí" asume el reto y es mejor si cabe, saltarina y alegre hasta el entusiasmo y, cómo no, con un estribillo mítico, de los que llaman la atención aunque en ese momento se esté un poco despistado. Pero ojo, si esto no ha sido suficiente, "Días de lluvia" va a hacer que nos enamoremos de este disco, porque parece una canción fantasma de Lennon y McCartney en su mejor momento -de hecho, ese áspero "solían tener" hace que pensemos que es Lennon el que está cantando y que se nos ponga la piel de gallina, un momento cumbre del disco no sólo por su calidad, sino también por ser símbolo de su idiosincrasia-, una especie de vibrante "And I Love Her" español. Los Raspberries vuelven con la bellísima "La calle 33", que destaca por su frescura, por su honestidad, pero sobre todo por esa melodía cantada como si no fuera para tanto pero cuyo afilado gancho nos hará muy difícil librarnos de ella. "Porque la historia no es de ayer" es beat anfetamínico, oscuro, parecido de alguna manera a las grutas misteriosas que componían los Merseybeats, pero como siempre, por encima de todo 100% Beatle. "Canción de un pobre muchacho" pone el punto final a un extraordinario disco de una manera ligera, divertida y carismática.
No cabe andarse con rodeos. En la oscuridad es demasiado bueno como para haber permanecido tantos años en el olvido y, al igual que En el país del niño mosca de los Imposibles, una obra que nace tanto de un talento fuera de serie como del verdadero amor por la música (ese tipo de discos de los que nunca hablarán en Rockdelux, como solemos decir por aquí), y tan fuera de onda en su momento que sólo el paso del tiempo podrá ponerlo en su lugar. Los Gurus siguieron grabando más discos, añadiendo cada vez dosis más guitarreras y psicodélicas a sus canciones y pasándose al inglés, hasta llegar a su apreciable aunque rocoso último álbum, Now (2008), que poco o nada tiene que ver con En la oscuridad.
Los Gurus. En la oscuridad (1998)
6 comentarios:
Pues es muy bueno el disco, me ha gustado mucho. ¿Que tal está el que han sacado con Rock Indiana hace poco?
saludos
El de Rock Indiana está muy bien, lo que pasa es que no tiene nada que ver con "En la oscuridad". No sólo cantan en inglés, sino que su música es más "normal", o sea, una especie de rock-power-pop muy potente con toques psicodélicos que a mi parecer no es tan personal como su primer disco. Aun así es recomendable. También está genial su disco homónimo, en el que sale la canción "It's Only Love", ya empiezan a tirar hacia esos esquemas rock muy marcados pero todavía suenan mucho a Beatles.
Una autentica pasada de grupo...
por suerte tengo todos sus cd's originales!!
especial mención "en la oscuridad", aunque en su "nueva" etapa psicodelica lo hacen de maravilla también..
La verdad que me ha encantado esta banda, suena muy bien, si tienes mas discos, compartelos, no seas malo...jaja! saludos!
Joder, con lo mala que es Isi Disi, bien dices que es la joya oculta, porque es lo unico que me llamó la atención y me puse a investigar, pero poco más pude conseguir de ellos que la canción del filme.
Gracias por la info!!!
Un saludo
EXCELENTE MUSICA E INFORMACION EN ESTE BLOG; HAN PUESTO DISCOS DE GRUPOS TAN IGNOTOS Y TAN BELLOS A SU VEZ, QUE YO CREIA QUE YA HABIA ESCUCHADO TODO LO QUE FUERA POP. ME DEMOSTRARON QUE EN LA OSCURIDAD AUN SE ESCONDEN ATESORADAS VIEJAS JOYAS LISTAS A SER DESCUBIERTAS.
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