Imaginémoslo. Somos el eterno segundón en el mejor grupo de pop de la historia, y nuestras canciones son continuamente bloqueadas por dos genios a los que es muy difícil tomarles ventaja. El grupo se separa, y decidimos volcar todo nuestro talento frustrado en un triple LP de revancha. Este álbum incluye una canción excepcional, la mejor que hemos escrito nunca, que recibe inmediatamente el reconocimiento de todos y consigue ser número 1 en Inglaterra y Estados Unidos. Pero al poco tiempo otra discográfica nos denuncia por plagio, y gana el juicio. Nuestra mejor canción va a ser considera el resto de los años una simple copia de otra.
Obviamente, estoy hablando de George Harrison y su canción "My Sweet Lord", incluida en All things must past, obra maestra absoluta a la que dedicaré un post algún día. El denunciante fue en este caso Bright Tunes, que acusó a Harrison de plagio de una canción de The Chiffons -uno de los muchos grupos de chicas que proliferaron a principios de los 60-, concretamente "He's So Fine", que había sido un gran éxito en Estados Unidos en 1963. El juicio duró varios años e intervinieron muchos expertos musicales. Al final, George Harrison fue declarado culpable por "plagio inconsciente" y una gran parte del beneficio que había generado la canción fue a parar a manos de Bright Tunes.
Creo que el error consiste en que desde el punto de vista judicial un plagio pueda medirse por compases parecidos, y no por el espíritu de la canción, que es lo que realmente importa. Escuchemos "He's So Fine". Una buena canción de su tiempo, con sonido Motown por los cuatro costados, pero ninguna maravilla en comparación con las obras maestras del género. Se parece un poco a "My Sweet Lord", y es posible que incluso desde el punto de vista matemático parte de la melodía sea idéntica (sobre todo esos "Di-longs" que suenan de fondo, y que tanto recuerdan a los coros de la canción de Harrison). Una canción graciosa, en definitiva. Ahora escuchemos "My Sweet Lord". Aquí ya hay muchas más cosas. Es una mezcla de pop, soul, coros con cánticos religiosos, increíbles punteos de guitarra con slide y algo de sonido Spector; es decir, mediante la combinación Harrison crea una composición original, fuera de sus coordenadas temporales, todo un clásico. Pero resulta que a efectos judiciales es simplemente un "plagio inconsciente".
De hecho, la música pop, tan joven, con apenas medio siglo de historia, ha tenido que combinar una y otra vez las mismas formas para avanzar, para enriquecerse. No veo nada de malo en tomar buenas ideas de otras canciones y repetirlas, si con eso se consigue superarlas o hacer algo distinto.
Sobre esto hay mucha confusión. Por ejemplo, podría decirse que una de las estrellas del recopilatorio Nuggets, "I Wonder", de The Gants, no es más que una copia de "In My Life", de los Beatles. Estuve mucho tiempo preguntándome sobre esto, hasta que llegué a la conclusión de que no, de que es obvio que se fija mucho en la canción de Lennon -tanto en melodía como en estructura-, pero que el resultado es esencialmente distinto y no es justo considerarlo un mero calco. Lo mismo podría decirse de "Hello I Love You", de los Doors, que se inspira en "All Day And All the Night" de los Kinks. O de la sobresaliente "What You Do To Me", de Teenage Fanclub, con respecto a "Give Me Another Chance" de Big Star. Por no hablar de las muchas demandas que podría haber impuesto la discográfica de Buddy Holly por todos los (grandes) grupos que han imitado sus características progresiones de acordes a lo largo de los años. Es inevitable fijarse en las buenas ideas de otros y utilizarlas, sin que esto signifique plagiar.
Y después resulta que quienes plagian de verdad no sólo no son culpados, sino que se les venera masivamente como "genios". Basta con citar a Mark Knopfler, que se ha labrado toda una carrera a costa de la discografía de JJ Cale. O a Los Planetas, cuya mejor canción (o la única pasable), "Segundo Premio", es un calco absoluto de "Promises" del cantautor francés Etienne Daho. Lo malo de la música es que la acaparan gente que no le tiene ningún respeto.
Obviamente, estoy hablando de George Harrison y su canción "My Sweet Lord", incluida en All things must past, obra maestra absoluta a la que dedicaré un post algún día. El denunciante fue en este caso Bright Tunes, que acusó a Harrison de plagio de una canción de The Chiffons -uno de los muchos grupos de chicas que proliferaron a principios de los 60-, concretamente "He's So Fine", que había sido un gran éxito en Estados Unidos en 1963. El juicio duró varios años e intervinieron muchos expertos musicales. Al final, George Harrison fue declarado culpable por "plagio inconsciente" y una gran parte del beneficio que había generado la canción fue a parar a manos de Bright Tunes.
Creo que el error consiste en que desde el punto de vista judicial un plagio pueda medirse por compases parecidos, y no por el espíritu de la canción, que es lo que realmente importa. Escuchemos "He's So Fine". Una buena canción de su tiempo, con sonido Motown por los cuatro costados, pero ninguna maravilla en comparación con las obras maestras del género. Se parece un poco a "My Sweet Lord", y es posible que incluso desde el punto de vista matemático parte de la melodía sea idéntica (sobre todo esos "Di-longs" que suenan de fondo, y que tanto recuerdan a los coros de la canción de Harrison). Una canción graciosa, en definitiva. Ahora escuchemos "My Sweet Lord". Aquí ya hay muchas más cosas. Es una mezcla de pop, soul, coros con cánticos religiosos, increíbles punteos de guitarra con slide y algo de sonido Spector; es decir, mediante la combinación Harrison crea una composición original, fuera de sus coordenadas temporales, todo un clásico. Pero resulta que a efectos judiciales es simplemente un "plagio inconsciente".
De hecho, la música pop, tan joven, con apenas medio siglo de historia, ha tenido que combinar una y otra vez las mismas formas para avanzar, para enriquecerse. No veo nada de malo en tomar buenas ideas de otras canciones y repetirlas, si con eso se consigue superarlas o hacer algo distinto.
Sobre esto hay mucha confusión. Por ejemplo, podría decirse que una de las estrellas del recopilatorio Nuggets, "I Wonder", de The Gants, no es más que una copia de "In My Life", de los Beatles. Estuve mucho tiempo preguntándome sobre esto, hasta que llegué a la conclusión de que no, de que es obvio que se fija mucho en la canción de Lennon -tanto en melodía como en estructura-, pero que el resultado es esencialmente distinto y no es justo considerarlo un mero calco. Lo mismo podría decirse de "Hello I Love You", de los Doors, que se inspira en "All Day And All the Night" de los Kinks. O de la sobresaliente "What You Do To Me", de Teenage Fanclub, con respecto a "Give Me Another Chance" de Big Star. Por no hablar de las muchas demandas que podría haber impuesto la discográfica de Buddy Holly por todos los (grandes) grupos que han imitado sus características progresiones de acordes a lo largo de los años. Es inevitable fijarse en las buenas ideas de otros y utilizarlas, sin que esto signifique plagiar.
Y después resulta que quienes plagian de verdad no sólo no son culpados, sino que se les venera masivamente como "genios". Basta con citar a Mark Knopfler, que se ha labrado toda una carrera a costa de la discografía de JJ Cale. O a Los Planetas, cuya mejor canción (o la única pasable), "Segundo Premio", es un calco absoluto de "Promises" del cantautor francés Etienne Daho. Lo malo de la música es que la acaparan gente que no le tiene ningún respeto.
8 comentarios:
interesante el tema...dónde termina el homenaje o la inspiración y comienza el plagio?
hay casos bien claros ( nuestra querida ana rosa quintana) pero otros como los que comentas son complicados y es quela lista podría sereterna empezando por los propios beatles que tomaron miles de influencias desde biddy holly o los viejos temas der`n`r.
de todos modos creo que a nosotros, como aficcionados, poco tiene que importarnos esto sino que las canciones sean buenas y nos gusten
Efectivamente, es muy complicado decir dónde empieza y dónde termina, hay casos obvios como el que cito de los Planetas, que es un calco tal cual. Lo que sí me parece bastante marciano es que She's So Fine sea considerado el original y My Sweet Lord, el plagio.
Yo pienso que tienen un "aire"(como se dice en Galicia),pero son totalmente opuestas,como bien dices "My sweet Lord" es una obra maestra ,atemporal,y con todos los respetos "She´s so fine " sería un hit en el 63,pero hoy, ni Dios se acordaría.
Y hablando de plagios ,el de verve con el de los STONES,solo hay una pequeña melodia al comienzo,tomado prestado del "last time " pero son totalmente distintas ,no se parecen en nada ,pero en los cr´editos..figuran jagger y richards, una forma de recaudar dinero por algo que uno no creó.
y soy un fan acerrimo de los stones.
Carlos: supongo que el tema de los plagios despierta un morbo innecesario y a cualquier semejanza (como digo, normal en un arte que sólo tiene 50 años) se le llama plagio.
Como habéis dicho es difícil hablar de plagios en el mundo del rock y si afinamos seguro que saldrían muchísimnos.
Por otro lado, me gusta la música de George Harrison,e incluso me caía bien, a diferencia de algún otro beatle, pero que queréis que os diga, me hace ilusión que en esta ocasión ganaran al todopoderoso ex beatle,las minúsculas y olvidadas Chiffons, a las que por otro lado adoro con toda mi alma. Y que narices, el estribllo que la hizo famosa es clavado al de las Chiffons.
Saludos !
Lennon también fue acusado de plagiar las primeras estrofas de "Come together" del "You can catch me", cuando lo único que hizo fue tomarlas prestadas en claro homenaje...
Fue denunciado (ni siquuiera por Berry, sino por Morris Levy, que imagino era el que poseía los derechos de la canción...
Resultado:tuvo que grabar un album homenaje,(Rock and roll music)con canciones cuyos derechos poseía el tal Morris Levy:
Ni el todo-poderoso Lennon se libró de estos pliegues de la "justicia"...
¿Puedes creerme si te digo que All Things Must Pass es mi disco favorito de todos los tiempos?
Hasta me sé sus canciones en guitarra. Pedazo de disco. What is life vale por toda la discografía de Los Planetas.
Es tan bueno que no lo conoce nadie. Claro.
Pronto revival Rockdeluxe: Georgie el Beatle Indie.
Lo que es curioso también es que sea 'inconsciente' el plagio. Habría que ver si George Harrison había escuchado alguna vez esa canción. Una cosa que me parecería lógica es que determinada concatenación de acordes, si son simples, no configuran plagio. Me explico: nadie puede-debería ser propietario de la combinación fa-re-do, es absurdo! Además en pop hay que tener en cuenta la concatenación de acordes de la voz y la de la estructura de base, con eso ya es más difícil que se produzca un plagio. Y si se produjese sería en todo caso parcial, de tal modo que se pudiese compartir la autoría. Pero en general para ser plagio debería establecerse una serie de coincidencias además de la de los compases.
Otra cosa es que si se hace un homenaje premeditado (¿'consciente'?) a otro artista yo pienso que es de pura educación citarlo.
PD: el otro día descubrí un semiplagio: la canción "Never Enough" de The Cure está claramente inspirada (hasta en los solos de guitarra) en el "John Silver" de la Jefferson Airplane. The Cure también ganaron un juicio contra New Order por el parecido entre el "The Walk" cureano y el "Blue Monday" de los mancunianos.
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