¿Música española? Sí, por supuesto. Pero hay una dimensión desconocida, hay unos mundos inexplorados por la mayoría que van a ser eternos, cuya huella va a perdurar para siempre aunque a día de hoy reciban un reconocimiento más bien minoritario, pero apasionado. Es necesario agradecerle a Rock Indiana su inmensa labor, su extraordinario trabajo para dar salida a grupos rebosantes de talento que, en otras circunstancias, hubieran perecido víctima de la indiferencia más absoluta, y además a unos precios increíbles para todo lo que se nos ofrece. La ristra de grupos de la que se ocupan daría mucho que hablar, pero hoy quiero centrarme en Feedbacks, concretamente en su último trabajo, Sunday Morning Record.
Feedbacks dieron pistas de hacia dónde se aproximaban en su anterior trabajo, My Own Revolution, un vibrante esfuerzo de melodía y guitarras que ya apuntaba, sin embargo, cierto atisbo de una sensibilidad exquisita, de unas ganas por la orfebrería pop que se estaban refinando con firme voluntad de acabar en el panteón de los grandes. Era un trabajo increíble de ganas y entusiasmo, una apuesta a lo loco por el amor por la música que destaca entre los discos de rock español de todos los tiempos (de acuerdo, en inglés, pero para el caso como si cantaran en chino), y con referentes tan estimulantes como Buzzcocks, Badfinger, Teenage Fanclub y lo más granado del power pop y de la new wave de todos los tiempos.
Reconozco que la escucha de su último disco, Sunday Morning Record, me dejó paralizado desde el primer momento. Me dio una sensación de belleza absoluta e imprevisible, de estar ante algo grande y digno de marcar época. No obstante, siempre prefiero indagar un poco más y lo cierto es que las múltiples escuchas que siguieron no hicieron más que constatar mi primera impresión y además llenarla de matices. Es un disco donde la pasión por la melodía alcanza cotas muy altas, pulidas con unas pinceladas de una sensibilidad sin límites, sin abandonar nunca las ganas de diversión y de emocionar. Este conjunto de canciones es una contundente carcajada a la cara de lo que normalmente se entiende por "música española", es un limpio puñetazo en la mesa de la realidad más mediocre y absurda donde los que más venden son monstruos de intenciones tenebrosas.
Hay que reconocer que el espíritu de Teenage Fanclub respira en todas y cada una de las arterias de este disco. Pero bueno, lo mismo les pasaba a los Beatles con Buddy Holly. "Here Comes The Fall" es un adictivo, carismático principio, porque aquí comienza el paraíso, un himno muy en la línea de sus anteriores discos, manteniendo su escrupulosa calidad guitarrera y con unos teclados que le dan un brillo muy norteamericano. En "Before", sin embargo, no hay más que dejarse llevar por los acordes de una guitarra omnipresente, que sabe callar cuando es necesario y que enloquece en el punto culminante, para adornar una melodía furiosa y bella, potente pero sutilmente melódica, y pegajosa hasta decir basta, una de las mejores canciones rock que se han compuesto en este país.
"Laugh" ya deja paso al brillo melódico, donde Feedbacks se han hecho expertos. El comienzo es muy similar a las canciones que han precedido, peleón, muy indie, pero de repente cae del cielo un estribillo a dos voces que nos pilla con las defensas bajas y que nos atraviesa de punta a punta, sin dejarnos ir hasta que cada uno de nuestros poros no se haya emocionado. Pero claro, llega "Ready to Surrender", y aquí asumo ya de buenas a primeras que cualquier cosa que diga se va a quedar corta en comparación con lo que realmente es y suscita. Sus baterías tribales del principio, con una guitarra que hace prever fenómenos misteriosos y excitantes, da lugar a una ligera tonada, con unas guitarras acústicas listas para poner la piel de gallina, que es lo que aplasta con la fuerza de un trailer porque nadie está hecho para escuchar esa maravilla y quedarse igual. The Everly Brothers, Burt Bacharach, Roy Orbison, cualquiera de los grandes sirve como perfecta referencia para una canción de este calibre, que sigue mirando muy de cerca, no lo olvidemos, a Teenage Fanclub. Y bueno, "Carry On (or back to mars)" es mi favorita personal, me llega muy dentro, muy esquemática porque no le queda más remedio que ir al grano, The Beach Boys en su mejor época (y no exagero), nada de disfraces ni poses, honestidad en estado puro y serio peligro de morir de sobredosis... y de placer. La canción perfecta para derretir a cualquiera en esos momentos en que las palabras se quedan cortas.
No, "In Twilight", por difícil que parezca, no baja el nivel, todo lo contrario, se mantiene en una especie de tour de force de locura. Esas guitarras crepusculares, que parecen sonar junto a una playa californiana, hablan y nos cuentan una historia nostálgica y muy viva. La maestría de esta canción es admirable, porque suena muy espontánea, muy directa, pero si nos separamos un poco, está trazada con la experiencia y la perfección que sólo podían alcanzar grupos como Badfinger. "1971" es puro festival power-pop, ahora son unos Barracudas o unos Gigolo Aunts exultantes y aficionados a conocer singles perdidos de grupos de finales de los setenta, con ese amor tan descarado por los primeros Beatles pero asumiendo que es muy difícil dejar atrás la sencillez que el punk aportó. "She" es más convencional, pero no por eso menos mala, con lo cual quiero decir que podría figurar junto a los mayores éxitos de grupos como The Strokes o The Libertines si Feedbacks fueran tan enrollados y molones como ellos o si parecer rebeldes les importara algo más. En "Destination Unknow" regresan a la sencillez de los sesenta, en una especie de pastiche que toma a partes iguales el soul-pop de la Motown (arreglos de viento incluidos) y la ingenuidad de los grupos de chicas. Y para acabar, "If Su Is Not There" es indescriptible. Son My Bloody Valentine, pero mejores. Una guitarra acaparadora y zumbante en la cual la melodía traza destellos de infatigable dulzura. El glorioso broche final a un disco excepcional ya no sólo en nuestro país, sino entre cualquiera del pop de verdad.
Feedbacks es un grupo desconocido para muchos, y desde ya uno de nuestros tesoros más preciados. Sólo me queda decir que el precio del disco, cinco euros, es algo puramente simbólico para todo lo que nos va a ofrecer durante mucho tiempo. Tenerlo y escucharlo es una necesidad y un privilegio que no debería perderse ninguna persona a la que le gusten los grupos de los que se habla por aquí.
Feedbacks dieron pistas de hacia dónde se aproximaban en su anterior trabajo, My Own Revolution, un vibrante esfuerzo de melodía y guitarras que ya apuntaba, sin embargo, cierto atisbo de una sensibilidad exquisita, de unas ganas por la orfebrería pop que se estaban refinando con firme voluntad de acabar en el panteón de los grandes. Era un trabajo increíble de ganas y entusiasmo, una apuesta a lo loco por el amor por la música que destaca entre los discos de rock español de todos los tiempos (de acuerdo, en inglés, pero para el caso como si cantaran en chino), y con referentes tan estimulantes como Buzzcocks, Badfinger, Teenage Fanclub y lo más granado del power pop y de la new wave de todos los tiempos.
Reconozco que la escucha de su último disco, Sunday Morning Record, me dejó paralizado desde el primer momento. Me dio una sensación de belleza absoluta e imprevisible, de estar ante algo grande y digno de marcar época. No obstante, siempre prefiero indagar un poco más y lo cierto es que las múltiples escuchas que siguieron no hicieron más que constatar mi primera impresión y además llenarla de matices. Es un disco donde la pasión por la melodía alcanza cotas muy altas, pulidas con unas pinceladas de una sensibilidad sin límites, sin abandonar nunca las ganas de diversión y de emocionar. Este conjunto de canciones es una contundente carcajada a la cara de lo que normalmente se entiende por "música española", es un limpio puñetazo en la mesa de la realidad más mediocre y absurda donde los que más venden son monstruos de intenciones tenebrosas.
Hay que reconocer que el espíritu de Teenage Fanclub respira en todas y cada una de las arterias de este disco. Pero bueno, lo mismo les pasaba a los Beatles con Buddy Holly. "Here Comes The Fall" es un adictivo, carismático principio, porque aquí comienza el paraíso, un himno muy en la línea de sus anteriores discos, manteniendo su escrupulosa calidad guitarrera y con unos teclados que le dan un brillo muy norteamericano. En "Before", sin embargo, no hay más que dejarse llevar por los acordes de una guitarra omnipresente, que sabe callar cuando es necesario y que enloquece en el punto culminante, para adornar una melodía furiosa y bella, potente pero sutilmente melódica, y pegajosa hasta decir basta, una de las mejores canciones rock que se han compuesto en este país.
"Laugh" ya deja paso al brillo melódico, donde Feedbacks se han hecho expertos. El comienzo es muy similar a las canciones que han precedido, peleón, muy indie, pero de repente cae del cielo un estribillo a dos voces que nos pilla con las defensas bajas y que nos atraviesa de punta a punta, sin dejarnos ir hasta que cada uno de nuestros poros no se haya emocionado. Pero claro, llega "Ready to Surrender", y aquí asumo ya de buenas a primeras que cualquier cosa que diga se va a quedar corta en comparación con lo que realmente es y suscita. Sus baterías tribales del principio, con una guitarra que hace prever fenómenos misteriosos y excitantes, da lugar a una ligera tonada, con unas guitarras acústicas listas para poner la piel de gallina, que es lo que aplasta con la fuerza de un trailer porque nadie está hecho para escuchar esa maravilla y quedarse igual. The Everly Brothers, Burt Bacharach, Roy Orbison, cualquiera de los grandes sirve como perfecta referencia para una canción de este calibre, que sigue mirando muy de cerca, no lo olvidemos, a Teenage Fanclub. Y bueno, "Carry On (or back to mars)" es mi favorita personal, me llega muy dentro, muy esquemática porque no le queda más remedio que ir al grano, The Beach Boys en su mejor época (y no exagero), nada de disfraces ni poses, honestidad en estado puro y serio peligro de morir de sobredosis... y de placer. La canción perfecta para derretir a cualquiera en esos momentos en que las palabras se quedan cortas.
No, "In Twilight", por difícil que parezca, no baja el nivel, todo lo contrario, se mantiene en una especie de tour de force de locura. Esas guitarras crepusculares, que parecen sonar junto a una playa californiana, hablan y nos cuentan una historia nostálgica y muy viva. La maestría de esta canción es admirable, porque suena muy espontánea, muy directa, pero si nos separamos un poco, está trazada con la experiencia y la perfección que sólo podían alcanzar grupos como Badfinger. "1971" es puro festival power-pop, ahora son unos Barracudas o unos Gigolo Aunts exultantes y aficionados a conocer singles perdidos de grupos de finales de los setenta, con ese amor tan descarado por los primeros Beatles pero asumiendo que es muy difícil dejar atrás la sencillez que el punk aportó. "She" es más convencional, pero no por eso menos mala, con lo cual quiero decir que podría figurar junto a los mayores éxitos de grupos como The Strokes o The Libertines si Feedbacks fueran tan enrollados y molones como ellos o si parecer rebeldes les importara algo más. En "Destination Unknow" regresan a la sencillez de los sesenta, en una especie de pastiche que toma a partes iguales el soul-pop de la Motown (arreglos de viento incluidos) y la ingenuidad de los grupos de chicas. Y para acabar, "If Su Is Not There" es indescriptible. Son My Bloody Valentine, pero mejores. Una guitarra acaparadora y zumbante en la cual la melodía traza destellos de infatigable dulzura. El glorioso broche final a un disco excepcional ya no sólo en nuestro país, sino entre cualquiera del pop de verdad.
Feedbacks es un grupo desconocido para muchos, y desde ya uno de nuestros tesoros más preciados. Sólo me queda decir que el precio del disco, cinco euros, es algo puramente simbólico para todo lo que nos va a ofrecer durante mucho tiempo. Tenerlo y escucharlo es una necesidad y un privilegio que no debería perderse ninguna persona a la que le gusten los grupos de los que se habla por aquí.
6 comentarios:
una estatua para los señores de rock indiana...ya! qué profusión de lanzamientos con una calidad más que aceptable. además de ser los principales valedores de gente como fueron los happylosers o Los Brujos.
Muchas gracias por este regalo que es la disección de nuestro disco..de verdad es un placer que te haya transmitido esas sensaciones..se me habia pasado por alto este blog y veo que debajo estan Sloan,Los Angeles :-) etc..me suscribo ,me suscribo
adolfo feedback
Gritos en el cine mudo: rock indiana es una fuente de tesoros para todos los amantes del pop. Su existencia es toda una bendición.
Adolfo Feedback: muchas gracias por lo que dices, sólo deseo que vuestro disco acabe alcanzando la repercusión y el reconocimiento que merece, para mí era una especie de obligación dar a conocer lo increíble que me había parecido. E insisto en que el anterior, "My own Revolution", también es muy bueno. Cualquiera de los dos le da mil patadas a esa clase de músicos como Nacho Vegas que ocupan las portadas de las revistas de tendencias disfrazadas de cultura.
Para mi desde luego uno de los mejores discos del año a cualquier nivel
Una auténtica obra maestra!
Muchas grandes discográficas deberían aprender de Rock Indiana. Estos chicos si que se preocupan por la música y de que la música llegue a la gente.
No conozco a los Feedback pero la admiración que demuestras por el disco y las referencias que citas, Brateles y Teenage fanclub me han despertado una gran curiosidad. Ya te contaré que tal.
Saludos !
Publicar un comentario