lunes, abril 14, 2008

The Scruffs. El peregrinaje oculto de Stephen Burns

1. Los héroes de la juventud pop

Corre el año 1977. En Memphis, cierto grupo debutante, los Scruffs, sorprende con un disco pegadizo y lleno de hits que dignifica el power-pop como estilo y que se convierte desde su misma creación en un clásico de culto, Wanna' Meet The Scruffs? El líder del grupo, Stephen Burns, da salida a su neurosis adolescente en canciones que hablan de inseguridades, de depresiones, de desengaños, con la fuerza de unos estribillos briosos y de unas guitarras sin complicaciones, y con un sonido altamente influenciado por el pop exiquisito de Big Star -también de Memphis- y por el vuelo sin motor de los Byrds. La peculiar voz de Burns, entre quebradiza, sensual y adictiva, da forma a canciones irresistibles como "Break The Ice", "Frozen Girls" o "I've Got A Way", estallidos anfetamínicos, hormonales, entusiastas, junto a momentos de introversión y melancolía en "My Mind", "I'm a Failure" o "Bedtime Stories". El resultado: un cóctel demoledor que se convierte en uno de esos momentos imprescindibles del pop, uno de los discos con más personalidad y carisma que se pueden escuchar, y también el hito con el que consiguieron pasar a la historia como un grupo de culto. ¿Pero era justo dejarlo aquí?

En absoluto. Y para probarlo no hace falta ir adelante, sino hacia atrás. Angst, publicado en 1997, recoge las maquetas previas al disco, que los Scruffs (muchas veces Burns a solas en el estudio, encargándose de todos los instrumentos) grabaron entre 1974 y 1976, con mayoría de canciones inéditas. Una escucha detenida revela al menos material suficiente para otra obra maestra de la misma altura y espíritu que Wanna' Meet, presentada en versiones desnudas con un sonido necesariamente primitivo. Por ejemplo, "Anything" es un lago de agua cristalina, un single perdido de los Byrds tocado como si estuvieran en los años sesenta, y "Number One" homenajea sin complejos a sus admirados Big Star, con una madurez sorprendente y una habilidad artesana abrumadora. La capacidad de Burns para las melodías de seda también queda patente en joyas como "I Remember", salida de un verano que ya queda atrás, y su excitante noción del power-pop se refleja en la fresca, desacomplejada "Those Girls". Su filiación a los postulados de Chilton y Bell queda clara en esa maravilla que es "So You Want To Be a Big Star", que de paso también sirve para explicar el sonido de Teenage Fanclub. Y para rematar el pastel, se incluyen primeras versiones de algunas de las leyendas que después aparecerían en Wanna' Meet ("Tragedy" y "Revenge"). Posiblemente, el mejor disco de maquetas que se ha grabado nunca.

Pese a su calidad, Wanna' Meet The Scruffs? apenas obtuvo reconocimiento -ya ni digamos éxito comercial- y el grupo, desanimado, terminó separándose en 1981. Sin embargo, les había dado tiempo a grabar otro álbum en 1978: Teenage Gurls. La inoperancia de la discográfica y la ruptura del grupo provocaron que este disco permaneciese inédito hasta 1998. Toda una lástima, teniendo en cuenta que Teenage Gurls es una máquina de hits, un esfuerzo creativo de Burns para conseguir un disco compuesto exclusivamente a partir de poderosos singles, obviando por una vez esos momentos de dulce y exquisita melancolía acústica. De ser publicado cuando se grabó, muy posiblemente tampoco se le hubiera hecho demasiado caso, y a pesar de todo sabe mal que canciones como "At The Movies" -de las que marcan su desamparo a fondo-, "Edge of Disaster" o "Breakdown" -rescatada de las valiosas sesiones de Angst y prima hermana del disco anterior- estuviesen durante años recluidas en un cajón. Teenage Gurls puede verse como un disco de puro y ortodoxo power pop, en el que se pulen las cualidades más personales de Burns -apenas encontramos alguno de sus desiertos de desesperación adolescente- para ceñirse de una manera estándar al género, pero sin bajar el listón de calidad. En definitiva, su disco más canónico en un momento especialmente propicio para el estilo (Nick Lowe, The Knack y Elvis Costello también andaban por allí), y que hasta veinte años después no tendría su oportunidad.

2. Empieza el peregrinaje. Stephen Burns, autor de vinilos perdidos

El fracaso comercial, la dispersión del grupo y los vaivenes de la vida hacen que Burns abandone la publicación de discos. Aun así, es incapaz de parar de componer canciones y de acercarse de vez en cuando al estudio para grabarlas. Más adelante, empieza a dedicarse a los negocios, se casa y entonces deja incluso estas grabaciones. El testimonio de este paréntesis entre la ruptura de los Scruffs y el retiro de Burns del mundo de la música es Midtwon, no publicado hasta 1998. Las canciones que recoge tienen un especial y excitante tono íntimo -nuevamente, la mayoría de las veces Burns estaba solo en el estudio-, un sonido muy próximo y casero, una cercanía que, unida a un innato talento para la melodía y los estribillos, hacen de Midtown un disco cálido, muy intenso emocionalmente, como si pudiéramos ponernos en la piel de Burns grabando en sus ratos libres y sin demasiada esperanza de que todo aquello saliera a la luz alguna vez. Algo que respiramos ya desde la primera canción, "Things Are Green", tan sincera que derrite, una ráfaga de primavera y honestidad pura de un Burns que se aparta de la iglesia del power pop para acercarse cada vez más al pop de autor, pese a que los hits a lo Scruffs brotan como setas ("When Donna Romances" es deliciosa). "Obssession" parece un hito secreto del pop, Burns es un experto trenzando refinados estribillos de coros celestiales que aparecen en el momento justo. Y entre himnos eternos como "Swimming Pool" o instantes directamente arrebatadores ("Emotional Gravity": hecha para caer a sus pies y dejarse acariciar por ella; Alex Chilton del primer nivel y sueños de un verano no vividos), junto a píldoras energéticas de gancho afilado ("Looks Like Love Is Missing"), las canciones del disco van cayendo como un regalo personal que no podemos negarnos a nosotros mismos. Sin duda, y teniendo en cuenta el momento en que fueron grabadas, el álbum más entrañable y acogedor de los Scruffs.

Sin embargo, el mundo de la música que no está de moda puede ser extremadamente cruel, y como ya hemos explicado, Burns dejó de grabar durante muchos años, tiempo en el cual Wanna' Meet fue fermentando como clásico de culto, lo que hizo que algunas personas se preguntaran por el grupo que había grabado aquellas maravillosas canciones. En 1990 Burns se trasladó al sur de Francia, lugar que le inspiraría futuros temas, para regresar años después a Estados Unidos, en este caso a Nueva Orleans, donde siguió dedicándose a los negocios. Sus años de sequía terminaron con un suceso tajante: Burns sufrió en 1995 un infarto del peor tipo que estuvo a punto de causarle la muerte, pero del que salió bien librado tras una recuperación de seis meses. A partir de entonces, recobró el entusiasmo y la energía suficientes para grabar más discos.

3. El vuelo libre de los Scruffs

La resurrección de los Scruffs empieza con una decisión un tanto contradictoria: Burns graba sus nuevas canciones bajo el nombre de Messenger 45, y el disco, Signs & Symbols, aparece en 1997. Concebido desde una sensibilidad mucho más acústica que los anteriores, como si hubiese querido llevar más allá su faceta reflexiva, sus exquisitas baladas en las que el tiempo se detiene, Signs & Symbols es un disco introspectivo y con la melodía al servicio de la nostalgia y la languidez. La primera canción, "Signs & Symbols", es una pista de lo que vendrá después, los estribillos de siempre con un evoltorio entregado a los pensamientos en una casa junto al río, el frenetismo adolescente absorbido por una madurez que se detiene en el detalle y que transforma la neurosis en melancolía. En este sentido, "Cloudy Moon" es mi favorita, la característica balada a lo Burns que aquí es mejor que nunca, entre violines, la guitarra acústica que araña el alma y especialmente la voz dolida, de una intensidad muy humana, del propio Burns.

Otro de los clásicos del disco es "Back From The Grave", una vuelta de la tumba de especial significado para su autor, más sencilla y desnuda imposible, la definitiva cara adulta del héroe juvenil. Por supuesto, los estribillos marca de la casa siempre están ahí y "The Ruin Of Me" quizá sea el mejor ejemplo, con un cierto regusto a Roy Orbison que deja un increíble sabor de boca, y tampoco falta el himno ajeno al paso del tiempo, la etérea y luminosa "Wild Skies". Mención aparte merece "Abiquiu", una sorprendente epopeya en la que una suave balada da lugar a una pesadilla de trompetas y guitarras hipnóticas mientras Burns canta desde otra dimensión. Fascinante. Además, el hecho de que esté al final del disco (antes de un breve reprise de "Signs & Symbols") da una golpe de efecto al conjunto y, si cabe, una mayor hondura.

El regreso de Burns no sólo comportó un gran disco que se apartaba de lo que había hecho hasta entonces, sino también la reedición de las maquetas previas a Wanna' Meet, de Teenage Gurls y de todo el material recogido en Midtown. Por otro lado, Burns, consciente de que los Scruffs no eran una época ya pasada, sino que en realidad tenían que ver con su propio desarrollo creativo, se arrepintió de haber cambiado de nombre para este disco y ya está pensando en reeditarlo como Back From The Grave y ponerlo, esta vez sí, a nombre de los Scruffs.

4. La encrucijada escocesa

Después de Signs & Symbols, Burns tomó buena nota del consejo de Alex Chilton de visitar Escocia. Y allí se encontró con una pléyade de grupos de abierta sensibilidad pop, tales como Teenage Fanclub y Belle and Sebastian, que además también partían de una completa admiración hacia Big Star, los Byrds y los Beatles, y que le influyeron a la hora de depurar su sonido y de acentuar sus matices sesenteros. Con Francis McDonald de Teenage Fanclub a la batería, y la ayuda de Norman Blake en algunas guitarras, el disco resultante, Love (2001), suena extremadamente limpio y escocés. Las guitarras transparentes, los coros nítidos y las melodías de pop gran reserva hacen que éste sea su disco más "contemporáneo" y accesible.

El estilo de Burns es inconfundible, pero la transparencia de su producción hace que se resalten de manera más clara sus influencias y que por eso, curiosamente, recuerde mucho a Teenage Fanclub, que beben de los mismos sonidos. Love es una preciosa obra maestra, no hay otra manera de definirlo, un ramillete de hits del que incomprensiblemente apenas se habló. "You Can't See Your Way For Clear" es un trallazo demoledor, un clásico de los sesenta ya llegado el nuevo milenio, una síntesis de influencias claramente Byrds (parece de hecho un single suyo), Big Star y Teenage Fanclub: todos siguen el mismo camino. Y en "Your Heart", Burns conjura un hechizo para encontrarse con su yo de los años setenta, porque esta canción podría estar perfectamente en Wanna' Meet, viene de ahí, se perdió en la mente de Burns y la recuperó del fondo de un sueño. Encontramos muchas más guindas, entre ellas es imprescindible citar "A Girl Can Make You Cry", una de mis favoritas, llena de una tristeza infecciosa con un sutil aroma de steel guitar que la hace mucho más original. Pero sigamos, "We Will Not Speak Of Love" es maravillosa, suena como cuando Teenage Fanclub se ponen muy escoses (instrumentos del folklore incluidos), entre canción tradicional y single de pop. "Canyon Girls" es paradigma del pop elegante y clasicista, y "I Will Be The Lonely One" nos muestra uno de esos instantes de pensamientos angustiosos entre violines y hermosas melodías, algo en lo que Burns es maestro.

La encrucijada escocesa, la unión de los postulados de la casta Scruffs con las enseñanzas de Teenage Fanclub, dio como resultado un disco enorme, apasionado y apasionante. Burns daba un paso más en su propia leyenda y alcanzaba finalmente la perfección de su sonido primigenio con otra espléndida colección de canciones. Por eso mismo, era necesario ir más allá y sin perder su esencia, ampliar el abanico de colores. Enseguida veremos cuál fue el camino que eligió para renovar la sabia Scruffs.

5. Swingin' Singles. Escuchando discos de los Zombies

Con la residencia fijada en Glasgow, el itinerante Burns plantea un disco en el que mantiene los parámetros musicales de hasta entonces pero también añade una mayor sofisticación. Y para ello recoge influencias de lo mejor del pop de cámara, fijándose en grupos como Left Banke, los Zombies o Billy Nichols, pero por ahora de manera un tanto contenida. Swingin' Singles (2003) es un disco a medio camino entre su huella Scruffs clásica y una vertiente refinada y virtuosa en términos compositivos. Todavía hay hits con su sello inconfundible, la muestra más potente es "World's Most Negative Guy", qué apropiado el título para una canción entrañable y suave como la seda a pesar de su potencia guitarrera, pero también "Lovin' & Lyin' Game", que gustará sin remedio a los fanáticos de Wanna' Meet. La furia sigue extendiéndose en "Sugar", pura rabia pop, las baladas sentidas tienen su pedazo de la tarta en "You Are Wrong (I Am Right)", y hay claros ecos de McCartney, Pete Dello y hasta de Nick Lowe en la despertadora de sentimientos fraternales "L.A. Snow". Sin perder de vista, por supuesto, una estupenda canción que parece fruto de la influencia de Teenage Fanclub, "Yesterday Girl Gone", coros sublimes, melodías remozadas de los mejores momentos de Wanna' Meet y nosotros con la boca abierta.

Pero claro, Swingin' Singles es mucho más que esto, gracias a su explosiva e imaginativa vertiente pop que ya aparece de forma arrolladora con "Carey", un single que podrían haber grabado los Move de "Blackberry Way", o los expertos manejadores de azúcar en dosis adecuadas que fueron Tommy James & The Shondells. Más pruebas de esta nueva percepción del pop son la embriagadora "Stars", que cae como la nieve, una postal en mil dimensiones para acariciarnos los sentidos, y también "Will I Love You?", que comienza con su cálido manto de violines para acercarse a la gloriosa desfachatez de Del Shannon en sus discos psicodélicos de finales de los sesenta.

Así pues, guitarras, power pop y estribillos guerrilleros y también arreglos de cuerda, contemplación y melodías talladas al espíritu. Swingin' Singles ofrece mucho y muy bueno, y además es la puerta de entrada a la siguiente bravuconada de un Burns dispuesto a dar otra vuelta de tuerca sin traicionarse a sí mismo. La incógnita se despejó en el 2006, en su disco más conocido aparte de Wanna' Meet y también el último hasta la fecha.

6. El Sgt. Pepper de los Scruffs

No hay mejor manera de definirlo. En Pop Manifesto, maravilloso título para uno de los francotiradores más certeros y desconocidos del pop desde los años setenta, Burns echa el resto y se rinde por completo a esa zona de arreglos delicados y envoltorios orquestales en la que ya había entrado fugazmente en anteriores discos. Pop Manifesto es el disco más cuidado y delicado de los Scruffs, una obra que opta claramente por seguir la estela de aquellos titanes que en los sesenta ofrecieron al pop toda una serie de momentos inolvidables: Pet Sounds de los Beach Boys; Walk Away Renee/Pretty Ballerina de Left Banke; el mundo de sensaciones íntimas de Pete Dello y Honeybus; celofanes, trompetas, cuerdas, todo se pone al servicio de uno de los discos más importantes de la década.

"There's A Girl I Know" empieza el disco sin complejos, apelando a la fuerza destructora del muro de sonido de Phil Spector para entregarnos un lingote de oro, la voz de Burns surcando múltiples brillos sonoros y adaptándose a ellos con una naturalidad pasmosa. Seguimos volando en lo más alto gracias a "Swann", sus teclados cristalinos y su hábil inmediatez de estribillo magnético. Siempre llega el momento en el que Burns abre su pecho y se muestra indefenso, aquí es "Don't You Got There", con un ligero tono country que hace más emocionales todavía sus confesiones. Los Byrds reaparecen en la pluscuamperfecta "3 Girls", doce cuerdas tejiendo preciosas melodías entre armonías vocales. Por supuesto que hay más, "September's Lost" es el hit más claro, pop de autor en la cima, melodías rodeadas por sensuales arreglos de cuerda y de viento. Impresionante, pero ojo a la delicadeza de "Karrie Anne" (¿seguro que no es un descarte del Odessey & Oracle?) o al ineludible brote Scruffs de "Situation Critical". Los sesenta florecen desde el pasado en plena gloria con "The Test" y sus coros a la yugular, al igual que en la optimista y luminosa "Stay Shelilah" o el tono de folklore medieval de "Your Eyes Shine" (otra de las señas de identidad del pop de cámara). Y atentos también a la magnífica y ensoñadora "Be A Dream", una recreación del Lennon de los primeros setenta que grababa singles increíbles con Spector.

Pop Manifesto es una obra rotunda, en estos momentos la última pieza en el puzzle de uno de los talentos ocultos del pop clásico, la evolución natural de un devoto de las melodías sin artificios y de las canciones en estado puro. Una colección de composiciones vestidas de gala para ser más bonitas que nunca. Su repercusión fue algo superior a la de sus anteriores discos, pero igualmente se mantuvo a años luz de lo que merecía. La historia de la vida artística de Stephen Burns.

7. La constancia del creador

Si hay algo inseparable de la carrera de Stephen Burns es su necesidad de estar componiendo constantemente, de grabar canciones al margen de las modas imperantes o de los sonidos del momento. De figura mítica del power pop oscuro de los setenta, a autor desconocido con una sólida carrera a sus espaldas, es necesario reivindicar todos y cada uno de sus discos y señalarlo como uno de los músicos más destacados de los últimos treinta años. Un autor que ha evolucionado desde los comienzos urgentes de Wanna' Meet hasta el clasicismo de Pop Manifesto, dejando por el camino algunas de las mejores canciones que se han compuesto nunca.

Al parecer, en su nuevo disco volverá a depurar las formas y a entregar un pop más directo. Eso sí, sin traicionar jamás su voluntad de regalarnos canciones hermosas, profundas y adictivas y de revivir el espíritu de virgen inocencia que abrazó los años sesenta.

Descargad aquí un recopilatorio que repasa la carrera de Stephen Burns al frente de los Scruffs:

The Scruffs. A Stephen Burns' Story

Los discos de los Scruffs todavía no han sido editados en España. Podéis saber cómo conseguirlos en la página oficial de los Scruffs, donde también es posible escucharlos y leer todo tipo de informaciones:

Wanna' Meet The Scruffs? Página oficial de los Scruffs

Debo infinitos agradecimientos a Alicia, que me descubrió la discografía "oculta" de los Scruffs y que me ha ofrecido todo el material y ayuda necesarios para escribir este artículo. Y también, por supuesto, a Stephen Burns, quien muy amablemente accedió a colgar un recopilatorio con una selección de sus canciones para que podáis escucharlas.

5 comentarios:

Unknown dijo...

Que barbaridad!!! ayer me bajé el disco y me ha encantado.

muchas gracias

Unknown dijo...

Yo, personalmente, tengo que darte las gracias a ti por escribir un artículo tan detallado e intenso (y a Burns por la música, claro).

Para mí es un auténtico placer que hayas dado a conocer esta música a tanta gente como entra en esta página.

La selección de canciones me parece redonda, aunque es una lástima no haber podido incluir ninguna de "Wanna Meet" y "Teenage gurls", y admiro tu esfuerzo, porque no era tarea fácil elegir.

Lo cierto es que leyendo tu artículo dan ganas de escucharlo todo, todo y todo.
Por esta vez, me alegro de tener los deberes hechos, menos mal.

Esta página me da muchísimo trabajo de descubrimiento y audición, pero eso sí, siempre satisfactorio y de pletórico disfrute.

Gracias mil
alicia

Mr. Glasshead dijo...

Pepo: Burns es un clásico desconocido. Me alegro de que te haya gustado la recopilación, fue muy duro tener que dejar fuera algunas de las canciones.

Alicia, el placer ha sido mío al escribirlo y, sobre todo, al escuchar los discos. No sabía lo que me estaba perdiendo. Lo del Wanna Meet y el Teenage Gurls, cierto, una lástima, pero al menos son discos más accesibles o más conocidos.

Anónimo dijo...

Señor Glasshead:

Qué mejor comentario que ese: "leyendo tu artículo dan ganas de escucharlo todo, todo y todo." Inmejorable objetivo cumplido de fans para fans.

La selección es magnífica, y ha resultado una agradabilísima sorpresa descubrir especialmente (tintineante debilidad personal)la luminosa sombra de los Byrds nada más comenzar a escucharlo, con "Anything" y sobre todo "3 Girls". Por otro lado,"When Donna Romances" es ahora mismo todo un hit por aquí.

No busques el oro en el lejano "sureste": ya lo tienes en casa, en tus manos.

Saludos cómplices ;-)

Manolo.

Unknown dijo...

Querido Glasshead:
me ha encantado la historia de los Scruffs. Los conocía un poco pero el currazo que te has pegado para contarnos su vida y milagros hace que me sienta en la necesidad de felicitarte y agradecer que gente como tú siga en la brecha.
Un abrazo