20/20 nace en una época convulsa históricamente y con unos Beach Boys que se dan cuenta de que ya no pueden depender de Brian Wilson, metido hasta las cejas en las drogas y en su mundo de batidos y hamburguesas (de hecho, ni siquiera aparece en la portada). Los introvertidos mundos pop de los discos anteriores ya son parte del recuerdo y aun así el grupo sigue optando por fabricar las mejores canciones posibles, en un momento de transición que los sitúa al borde de la bancarrota. Los siguientes discos será una mezcla del talento del resto de los miembros y las chispeantes composiciones de Brian, aunque a veces tendrán que recurrir a las canciones perdidas de Smile. Aun así, 20/20 es un álbum que no engaña, canciones sin más que todavía recogen algunas de las mejores esencias del pasado, incluida la versión de un clásico de Spector y las Ronettes, "I Can Hear Music", un estilo que todavía se adapta muy bien al pop delicado y envuelto en celofanes de los Beach Boys.
Pese a todo, y aun considerando las dulces melodías que encierra, 20/20 es un disco nervioso, con cierto punto caótico e indicativo del momento en que fue grabado: el final del engaño hippie, la resaca de la psicodelia, la expansión de las drogas duras y la irrupción de la violencia. La primera de sus canciones, "Do It Again", tuvo cierta repercusión comercial, pues recurría a los sonidos surferos de sus primeros discos, pero bajando las revoluciones e incluyendo los coros y las armonías de siempre. Luego hay otra versión, la verdad es que elegida con mucho gusto, la buddyholliana "Bluebirds Over the Mountain" de Ersel Hickey, que ellos llevan a su terreno adornándola con sus voces y con unos teclados de aroma caribeño. Dennis Wilson también había aprendido a componer canciones, y ahí está "Be Whith Me", cantada con mucha delicadeza, como ya había hecho en el disco anterior con "Be Still", y con una breve conclusión de carácter épico que deja un gran sabor de boca. "All I Want To Do" es otra estupenda aportación de Dennis, un rock energético interpretado con muchas ganas y con un adictivo cambio de acordes antes de entregarse al frenetismo. Y aún hay más sorpresas, porque Bruce Johnston, experimentado músico de surf que se había unido a los Beach Boys en 1965 para sustituir a Brian en los conciertos, graba su primer tema para el grupo: "The Nearest Faraway Place"; un instrumental que protagoniza un piano ensoñador, y que él concibió como la continuación para "Let’s Go Away For Awhile" de Pet Sounds.
Continúan las versiones: "Cotton Fields" se conforma con ser una adaptación correcta del clásico de Leadbelly, aunque quizá buscaba el mismo golpe de efecto que "Sloop John B" de Pet Sounds, pero Brian Wilson ya no estaba en condiciones de inventarse sonidos mágicos de la nada. Aun así, se acopla con naturalidad al disco, y además después viene "I Went To Sleep", una especie de nana infantil en forma de vals que suena casi como una canción navideña, una miniatura exquisita con el color de la nieve que demostraba lo que Brian podía conseguir cuando salía fugazmente de su propio encierro. Brian también destaca con "Time To Get Alone", definitivamente otra genialidad, una pieza pop cargada de elegancia y sencillez y con una melodía infecciosa, tratada entre algodones. Sorprende que una canción tan tierna preceda a "Never Learn Not To Love", atribuida a Dennis pero en realidad obra de Charles Manson, el visionario asesino más conocido por sus matanzas de famosos en Cielo Drive, y originalmente titulada "Cease To Exist". La canción es estupenda, tiene un neurótico tono folk que los Beach Boys convierten en pop de quilates y, además, contribuye a hacer más denso el ambiente enrarecido del disco. Dennis fue amigo de Manson y su familia y participó en muchas de sus orgías, pero a Manson no le sentó nada bien que Dennis se apropiase de su canción, ni tampoco que le cambiase la letra, originalmente una oda a la sumisión.
El disco termina con dos canciones rescatadas de la época Smile: "Our Prayer", la canción que abriría aquel disco imaginario, y que es una sucesión de texturas vocales con vocación de plegaria musical, hermosas y placenteras. Y sobre todo, "Cabinessence", que concentra los mejores aspectos de aquel proyecto fallido: las melodías intrigantes, complejas pero al mismo tiempo inmediatas, y la inclusión de partes radicalmente distintas -en este caso un coro guerrero que presenta batalla- y que no obstante encajan entre ellas de una forma absolutamente natural.
20/20 fue un esfuerzo de supervivencia cuando los Beach Boys se dieron cuenta de que Brian Wilson cada vez daba menos. Sin embargo, sus éxitos aislados en single y su alta calidad de conjunto no ocultaron un nuevo fracaso comercial, lo cual condujo a la ruptura con la discográfica y a una precaria situación como grupo. Los Beach Boys, lejos de desanimarse, centraron sus esfuerzos en un nuevo disco que cambiaría por completo su suerte y con el que se ganaron de nuevo el favor de la crítica y del público: Sunflower.
Y por supuesto, mañana podréis leer un nuevo artículo sobre el renacer de los Beach Boys en 1970 con Sunflower, un excelente y minucioso disco, antes de su última obra maestra: Surf's Up.
The Beach Boys. 20/20 (1970)
Textos recomendados:
"Bruce Johnston". Por Alan James, en Beach Boys Forever. Un repaso a la trayectoria del músico que empezó siendo un recurso para las giras del grupo y que terminó por convertirse en miembro de pleno derecho.
"Smile, ¿mito o timo?". Por Powerpep, en Pet Sounds. Reflexión sobre las auténticas cualidades de Smile, en uno de los mejores blogs españoles de música que han existido nunca, y que lamentablemente ya no se actualiza.
"Canciones perfectas: Good Vibrations". Por Luis, en Computer Age. Apasionado artículo sobre uno de los hitos indiscutibles de la música popular.
"The Beach Boys: Breakaway". Imprescindible escuchar esta canción, que apareció como single antes de que los Beach Boys dejasen Capitol, y que es una muestra más del brillante pulso creativo que les llevaría hasta Sunflower.
2 comentarios:
Guau !!, no sabia lo de "Never Learn Not To Love" y Charles Manson, la verdad, me parece encantadora. En general me parece más senzillito que los anteriores, sin quitarle un ápice de calidad. me entusiasman esos coros semi-religiosos de "On my Prayer", la energia que contagia "Bluebirds Over the Mountain" y "All I Want To Do". En fin, otra sensacional entrega. Sigo enganchado. Dios !!!
Hola Orbison, esos coros religosos acaban enganchando a pesar de su sencillez, además duran muy poco... en cuanto a Bluebirds Over The Mountain, sospecho que te encantaría la versión original de 1958 de Ersel Hickey, mucho más cruda y rockabilly, pero una pasada igualmente. Puedes escucharla aquí:
http://youtube.com/watch?v=rG24LPUw74Q
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